Por cuatro esquinitas de nada: El
mensaje que transmite es similar al que arroja ‘El Cazo de Lorenzo’:
aceptar a las personas que, por un motivo u otro, son diferentes a
nosotros. Hay que ser tolerantes y solidarias con ellas e integrarlas en
nuestro ambiente, no cambiar su forma o manera de ser. En este caso,
sus protagonistas no son personas sino figuras geométricas; en concreto,
un cuadrado y varios círculos.
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